El poder del Espiritu Santo se sintió en el estadio
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Por Catalina Rendón Jaramillo, Medellín.
Ni el agua logró apaciguar el fervor de los más de 42.000 creyentes que se reunieron en el estadio Atanasio Girardot para celebrar el día del Pentecostés.
En su novena versión, el ambiente de devoción de los participantes, se lograba sentir en cada rincón del estadio y los bailes y rezos, resonaron mucho más que el frío clima.
Niños, jóvenes y adultos, se congregaron, bien preparados con sombrillas, buzos y fiambres, para vivir un día completo de oración al Espíritu Santo.
Con las manos arriba, cantando, bailando y con el corazón bien abierto, el estadio se llenó de la energía de los participantes que vivieron a su manera la emoción de vincularse de una forma tan estrecha con el Señor.
El Padre John Mario Montoya, director de la emisora Minuto de Dios (organizadora del evento), cuenta que desde hace cuatro meses se lleva planeando este día "que es una oportunidad para que las personas católicas se reúnan y oren para que vivan todo un día por la esperanza".
Entre las más de 42.000 miradas que llenaron el estadio, encontramos cinco que reflejan lo que es para algunas personas un día de encuentro, de oración y fe para reconocer, como lo hicieron todos, la presencia del Espíritu Santo.
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Cinco miradas al día del Pentecostés
El trabajador
Alonso Gallego es un trabajador independiente que emocionado, vibró junto a su novia en el día del Pentecostés. Entre aplausos y bailes cuenta que lleva tres años asistiendo al estadio en este día.
“Este evento es maravilloso, uno siente como el señor lo toca a uno mientras renueva su vida. Esta energía es indescriptible con palabras, pero es una sensación muy hermosa”.
La madre
Olga luz Sánchez llegó con sus hijos y un sobrino por primera vez al día del Pentecostés y de ahora en adelante no piensa perderse ni uno sólo de los siguientes.
“Yo me sentía abandonada y sola, y fue una fortuna encontrarme con la emisora Minuto de Dios donde me enteré de este día tan maravilloso en el que he visto una cara muy bonita de Dios. Ni me importa que me he mojado, me siento como en un paseo”.
El sacerdote
El padre John Mario Montoya, director de la emisora Minuto de Dios, cuenta la gran alegría que se vive en el día del Pentecostés que organiza su emisora.
“Familias enteras, jóvenes y personas que vienen incluso desde los pueblos, se unen en un gran clamor por la paz, para pedirle a Dios que transforme esta sociedad y cambie este mundo.
El clamor por la paz ha sido durante el día el hilo conductor, pero todo el día es una oportunidad para que la gente se abra a Dios y para que las familias se renueven”.
El joven
Anderson Alberto Agudelo hace parte del Grupo de jóvenes profesionales de Tierra Nueva, un grupo que se unió al día del pentecostés no sólo con su alegría y fervor, sino también colaborando con la logística del evento.
“Para mi este día es muy especial pues significa recibir al Espíritu Santo en el corazón y en la vida. Además es una época especial para la iglesia pues es después de la resurrección del Señor”.
La adulta mayor
María Isabel Naranjo es una ama de casa que ya ha asistido a cinco versiones anteriores del día del pentecostés. Con el fervor y el amor por un día como este, María Isabel define de “espectacular” este encuentro con el Espíritu Santo en el que todo el evento, desde la energía que se siente en el público hasta los actos de celebración, le gustan mucho. “Mi momento preferido es el de la alabanza al Espíritu”, cuenta.
Sigue una tradición de nueve años
Como desde hace nueve años, ayer lunes 21 de mayo se celebró el Pentecostés 2007 en el estadio Atanasio Girardot.
Cerca de 42.000 católicos se reunieron para pedirle al Señor que envara el poder de su Espíritu Santo y renovara la faz de la tierra.
En el marco del evento, durante todo el día, se hizo un clamor muy especial por la paz de Colombia.
El Pentecostés comenzó a a las 12:00 del día y terminó cerca de las 8:00 de la noche.
El magno evento contó con la presencia de monseñor Gilberto Jiménez Narváez (Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Medellín), el sacerdote eudista John Mario Montoya y los ministerios de música Escuela de Alabanza, de Bogotá, y Fuerza de Dios, como invitados principales.
